lunes, 16 de abril de 2012

"EL MIRADOR DE LA ALBERQUILLA" de Ildefonso Gómez Sánchez


El mirador y la playa de la Alberquilla
     
    Manfred estaba encantado con la casita que había alquilado en "El mirador de la Alberquilla", a las afueras de Nerja, en la pedanía de Maro. Por fin pasaría unas buenas vacaciones al calor del sol del Medirerráneo.
      Un amigo le recomendó que visitara la Costa del Sol oriental, pues estaba menos masificada y podría encontrar aun lugares casi virgenes. Navegó con Google Maps y se quedó prendado del paisaje de la zona y de los comentarios que veía en las páginas webs de las agencias de viaje. "El mejor clima de Europa.", "El único clima tropical en el continente europeo." Aún se podían ver pequeñas plantaciones de caña de azúcar, que poco a poco iban perdiendo terreno gracias al boom inmobiliario. Al pie de un acantilado se veía una casa coqueta y con unas vistas de ensueño. El lugar perfecto para sus vacaciones.
      Unos meses antes, Manfred se puso manos a la obra y mandó correos a diversas agencias inmobiliarias preguntando por esa casita. Todas las agencias le proponían casas de lujo en las urbanizaciones de Capistrano, Punta Lara y Frigiliana; pero él sólo estaba interesado en esa casa.
      Un día, a la hora de la cena, se dispuso a leer el correo, con la esperanza de encontrar ese correo que ansiaba leer. Asunto: Casa del Mirador de la Alberquilla. Con poca emoción abrió el correo. Seguro que sería otra oferta, como ya venía siendo habitual. Su corazón se desbordó de la alegría y su rostro se iluminó con la mejor de las sonrisas. Estaba libre durante los últimos diez días del mes de febrero. Por fin podría disfrutar de unas vacaciones en ese lugar de ensueño y tan cerca de Nerja. Hizo las gestiones con Amadeus Travels y consiguió un billete de avión "lost coast".


     "En breves momentos vamos a aterrizar en el aeropuerto "Pablo Ruiz Picasso" de Málaga. La temperatura es de diecisiete grados centígrados. En estos momentos está lloviendo y hay ráfagas de viento a treinta kilómetros por hora", anunció la azafata por la megafonía del avión.
       - Bien empiezo- pensaba Manfred- pero en Nerja casi nunca llueve.
        Salió de la terminal 3 del aeropuerto en dirección a la parada de taxis, donde hacían fila algunos turistas que como él acaban de llegar. La sensación térmica era desapacible. El taxista se dirigió a él y le tomó la maleta y una bolsa de viaje y las metió en el maletero. Ya dentro del taxi Manfrad le dijo al conductor :
      - A Nerja, por favor. Mirador de la Alberquilla, en la carretera 340, dirección Maro.
       Una lluvia torpe, racheada por el viento, golpeaba los cristales del coche.
      - Llevamos unos días muy malos con la lluvia, se fue el anticiclón de las Azores y no ha parado de llover, dijo el conductor del taxi con lentitud, intentando pronunciar lo mejor posible.
       Manfred no dijo nada, apenas entendía lo que le había dicho el taxista. Era optimista por naturaleza y pensó que todo lo que mal empieza, bien acaba. Serían unas buenas vacaciones.


Ildefonso Gómez Sánchez
11/01/2012

Tema: En Nerja casi nunca llueve.




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