Llegó el otoño y aunque algunas casas del pueblo estaban pintadas de vivos colores, el aire se envolvió de un ocre suave y de algunos signos de tormenta, donde sólo se destacaba, sobresaliendo del resto de los tejados, la alta torre del campanario de la Ermita.
Haydée Acosta Godoy
24/10/2012
Escrito a vuela pluma a partir del dibujo.
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